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Fuente: El Sáhara de los Olvidados / Remove the Wall // Por Gaici Nah
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El muro marroquí, construido por el ejército de Marruecos en el Sáhara Occidental, es considerado un auténtico puzle que constata y corrobora las grandes contradicciones en la política internacional. Dicho así, no nos consta otra obra similar, donde haya un cúmulo de contradicciones, no sólo políticas, sino de otra índole, incluyendo ideológicas, e incluso religiosas.
El rearme y refuerzo del ejército de ocupación marroquí, por parte de muchos gobiernos de occidente y de oriente, en condiciones en las que la máxima instancia internacional, exige salvaguardar y alentar los esfuerzos de paz, es un hecho muy delicado que, más allá de sus repercusiones militares y diplomáticas, es también una ofensa e injuria que corre, no solamente en contra de la responsabilidad ética y moral de los gobiernos, sino contra la voluntad de sus ciudadanos.
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Por eso, muchos expertos aseguran que cuando se vende armamento a un país inestable, con una inmensa presión migratoria, con un conflicto armado sin resolver, donde los Derechos Humanos no se respetan y con una tímida transición a la democracia de la que cada vez hay más desencantados, no podemos decir que los países que le venden armas le estén ayudando demasiado (1).
Fortalecer la capacidad ofensiva de Marruecos en momentos en que éste, viola sistemáticamente los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental y rompe con la legalidad internacional, es una decisión grave que no encaja en una política de neutralidad, ni se corresponde con los principios de ética y de respeto a la legalidad (2).
Marruecos está fortaleciendo sus Fuerzas Armadas en plena ofensiva sobre el Sáhara Occidental, la antigua colonia española. Un rearme que, en parte, se está realizando con material de defensa exportado desde muchos países del mundo.
España, junto con muchos países, con su ayuda y venta de armas a Marruecos, no sólo altera los esfuerzos de paz desarrollados por la Comunidad Internacional, sino, algo más preocupante aún, contribuye a agitar un ambiente psicológico de pre-guerra crecidamente nocivo para la labor intermediaria de la ONU y perjudicial para las perspectivas de paz y de estabilidad en el Sáhara Occidental.
Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), desde el año 1975 hasta el año 2016 el mayor grueso de la compra de armas por parte de Marruecos había sido, desde el punto de vista cuantitativo en este orden: Aeronaves, defensa aérea, vehículos blindados, artillería, motores, misiles, sensores y barcos.
El principal suministrador histórico de armas a Marruecos, como publican muchos medios, es Estados Unidos de América, sin embargo, otras fuentes indican que, en la actualidad, los proveedores son por este orden: Francia, EUA, Rusia, China y España. No obstante, y según lo que informan diversos gobiernos miembros de la Unión Europea, también hay otros países que venden armas y diferente material de guerra al reino.
En los años de construcción del muro marroquí (3) en el Sáhara Occidental, más de trece países ayudaron a Marruecos militarmente. En el año 1981, antes de finalizar la construcción del primer tramo del muro, Marruecos importó el mayor volumen de armas, nunca hecho en los dieciséis años de guerra. Adquirió armas y equipos por un valor de 770 millones de dólares.
En los años de post guerra (4), la cima de la compra de armas, tuvo lugar en el año 2011, donde el reino de Marruecos invirtió 1403 millones de dólares.
En ese mismo año tuvo lugar el mayor contrato contraído por Marruecos con otro país, con Francia, por un valor de 722 millones de dólares.
Sólo dos países africanos cooperaron con Marruecos en el dominio militar: Egipto de Sadat y la República Sudafricana del apartheid, ambos entre 1980-1981. Ningún país de los que establecieron relaciones diplomáticas con la RASD, suministró armamento al ejército marroquí, a excepción de Libia (1985) a raíz de los infructuosos acuerdos de Oujda entre Hassan II y Gadafi.
De los países árabes, no africanos, Arabia Saudita, es el único país que regaló armas al régimen marroquí.
El único país que ha estado suministrando armas a Marruecos de manera ininterrumpida desde el primer año de la invasión marroquí hasta 1988 es Francia.
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El rol del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, debería ser la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Paradójicamente, en contra de las decenas de resoluciones que este mismo Consejo había aprobado con unanimidad y, como se puede apreciar, casi el 50% de las principales empresas que venden armas a Marruecos son, en este orden, de cuatro países del Consejo de Seguridad: Estados Unidos de América, Francia, Rusia y China.
Podemos observar otros indicadores que muestran la intención de la política internacional: más del 61% de las principales armas en el muro marroquí (2006), son de origen del llamado Grupo de Amigos del Sáhara, que incluye, además de los cinco países del CS, a España.
Y por citar un simple ejemplo de esta contradicción, en 2016 las exportaciones de los Estados Unidos de América en materia de armas, excedieron, por 5 veces, la partida presupuestaria de las Naciones Unidas para la MINURSO, correspondiente al año 2017 (5).
En cuanto a las minas terrestres, del total de tipos halladas en el territorio hasta el año 2014, casi el 40% son de fabricación de dicho grupo de “amigos”.
El Reino de Marruecos forma parte de varios organismos internacionales, es un Aliado importante Extra-OTAN, miembro de la Liga Árabe, y ha establecido acuerdos de cooperación militar con varios países, como EEUU, Rusia, Portugal, Túnez, China, Qatar, Italia, Francia, España, Emiratos Árabes y Turquía entre muchos otros (6).
Lo que más sorprende es la implicación de instituciones y personalidades en la promoción de la venta de armas. Así, por ejemplo, varias ONGs han aprovechado la visita de Juan Carlos I en noviembre de 2013 a Mohamed VI, manifestando su descontento con la intención del monarca, que “con sus visitas a Marruecos no sólo pretende mejorar las relaciones internacionales, sino que trabaja como intermediario en la venta de armas” (7).
«La única condición impuesta por España y aceptada por Marruecos, según las citadas fuentes y corroborada por el boletín confidencial «Al Usbue Siasia», editado en Rabat, y próximo a los servicios de inteligencia, es que los carros M-60 no serán desplegados en el norte de Marruecos», en clara referencia a Ceuta y Melilla. Pero sí pueden estar desplegados en el Sáhara Occidental o frente a las fronteras de Argelia (8).
En la política española, el PSOE ha defendido la venta de armas a Marruecos alegando que si el reino alauí careciese de capacidades militares sería un «desastre» para España (9).
Curiosamente y según las revelaciones de Chris-Coleman (10), Marruecos, asienta a España y Argelia como supuestos adversarios.
A mediados de la pasada década, Marruecos era el 69º importador de armas mundial, según datos del Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo. En diez años ha conseguido escalar sesenta puestos en la lista, hasta colocarse en el décimo puesto de este ranking. Marruecos compra, hoy, quince veces más armas que hace diez años (11), un dato relevante a tener en cuenta por tratarse de una economía deficiente de cara a sus ciudadanos que tienen que padecer miseria mientras el reino gasta el presupuesto y ayudas financieras en armamento.
Estas afirmaciones son avaladas por la propia agencia de noticias estatal ’MAP’, Marruecos se ha convertido ahora en el principal receptor de fondos europeos destinados a los países de la Política Europea de Vecindad (PEV). El Reino recibió en el año 2010, desde Bruselas, una ayuda financiera anual de más de 190 millones de euros.
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(1) Daniel Luz Álvarez /La Venta de Armas a Marruecos. A Marruecos no se le ayuda vendiendo armas.
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