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Fuente: naiz: / Texto y foto: Andoni Lubaki
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«Un policía vino con un bidón de gasolina. Me arrojaron un poco al cuerpo, lo prendían y ellos mismos lo apagaban. Volvían a echarme otra vez un poco, no mucho. Lo volvían a prender. Así unas cuantas veces» me dice Saidi en el local que AFAPREDESA tiene en Rabouni.
El joven saharaui fue apresado y torturado sin ninguna acusación formal por la Gendarmería colona marroquí. Tiene el cuerpo marcado para siempre pero la dignidad intacta.
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